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Cómo cuidar mi miopía

Lo primero es realizar un diagnóstico preciso, es decir se debe contar con una graduación o formula o medición del defecto refractivo lo más exacto posible; para esto se debe realizar una refracción bajo cicloplejía con el fin de determinar con exactitud la magnitud de la enfermedad, y en el caso de estar asociada a astigmatismo es necesario estar seguro que se trata de astigmatismo y no de queratocono, ya que en muchas ocasiones se confunden. Esto se logra mediante la realización de una topografía de córnea y cuando hay dudas de una tomografía corneal.  Adicional a lo anterior es necesario realizar los estudios que permitan identificar de manera oportuna cualquiera de las potenciales complicaciones que se asocian a la miopia.

 

Después de conocer con precisión la magnitud o medida de la miopía y haber descartado de manera confiable la presencia de cualquier complicación potencial de la miopía se debe seleccionar con el médico oftalmólogo la mejor opción de tratamiento para cada caso y seleccionar entre las opciones existentes la mejor manera de manejar el problema; existen varias opciones que pueden ofrecer resultados muy satisfactorios mejorando la calidad de vida del paciente y el desempeño en las diferentes actividades. 

 

Independiente de la opción de manejo seleccionada por el paciente, ya sea el uso de gafas, lentes o cualquiera de las opciones quirúrgicas disponibles hay algunas medidas que el paciente miope no debe olvidar, entre las que se encuentran el uso permanente de gafas de protección UV, evitar rascar o frotar los ojos, evitar cualquier tipo de trauma ocular o periocular, controlar cualquier componente alérgico ocular y asistir de forma permanente a los controles oftalmológicos, siempre asegurándose de utilizar la tecnología requerida para el adecuado seguimiento y vigilancia de la condición y por último es recomendable tener presente que la evaluación por parte del médico oftalmólogo se debe realizar en clínicas o centros donde la evaluación sea integral para descartar las complicaciones asociadas a la miopía, es decir la ambliopía en los niños y el glaucoma, catarata, maculopatía, agujeros, desgarros y desprendimientos de retina en los adultos